sábado, 30 de julio de 2011

20110730 Saturday night

Por la noche quedamos con nuestros compis para ir a un bar de turistas. Se llama Stardust y es el típico en el que los camareros se ponen a cantar. Es verdad que había también mucha concurrencia local (a cada cual más obeso), pero la mitad de la gente allí éramos turistas. Os podéis imaginar cómo era aquello: canciones típicas, conocidas por todo el mundo, para animar al personal. Camareros un poco chuletillas, sobre todo el que nos tocó, que en vez de darnos las cosas nos las tiraba a la mesa porque supongo que es más “guay” y que no quiso hacernos una foto de grupo aunque se lo pedimos. Pero cantaba muy bien, eso sí.

Óscar muy bien rodeado

Yo me había prometido no cenar, porque habíamos vuelto a comer mierda. Entonces Cris me convenció de cenar y ya no pude evitarlo y sugerí que compartiésemos unas “BBQ Baby back ribs” porque hay que probar todo lo típico de aquí. Señoras y señores, este fue el plato que nos pusieron: 


Menos mal que las compartimos

Estaban buenísimas y tiernas y jugosas a la par que dulces… y en cada bocado podías sentir tus arterias colapsándose. De algo hay que morir. 

Los camareros nos obsequiaron con más de un "calentito". Estaba claro que el 20% de propina nos lo iban a hacer pagar por coj****. En fin, pagamos la dolorosa después de unos postres gigantes (que yo me negué a probar porque ya no puede ser esto, hombre!) y nos encaminamos en busca de un bar para tomarnos unas cervecitas. 

Éste era nuestro camarero




Encontramos un bar, donde había un concierto de rusas-gitanas (¿?), una con un violín , otra con un organillo y otra que cantaba y daba pataditas al suelo (que no es lo mismo que bailar). La del violín daba bastante miedo y se llamaba curiosamente Helen Destroyer. Qué susto.

Helen Destroyer. El ojo es un todo blanco. Qué susto.

Encima nos sentamos en el bar al lado de un croata, serbio yo que sé de donde era, que estaba como una cuba y le dio la noche a Marta. La agarraba por el cuello y no la dejaba en paz. Así que después de tomarnos una birra cada uno decidimos irnos. Dejamos un dólar y medio de propina de menos y la camarera se quejó muchísimo (dejamos 3 $) pero ya estábamos lejos… me sabe mal por ella, pero estuvimos poquísimo tiempo y no creo que en traer 6 cervezas de un tirón haya que dar tanta propina.

La cerveza que se bebe por estos lares

Y de allí, más de una hora y media en llegar a casa. Vivan las ciudades grandes.


5 comentarios:

  1. Si que da miedo la Destroyer! Parece un zombie! No me sorprenderia si se diera la vuelta y le faltase media cara xD

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  2. Jajaja pues sí, luego se nos sentó al lado en el metro y creo que estaba un poco drogadilla...

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  3. Jamás sonrio, asi que supongo que no tendria dientes. A lo mejor tenía miedo de que le entrase algun alma por la boca si la abria... quien sabe....

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  4. ¿Qué era eso que os comisteis? Parecían patatas, verduras y salchichas, ¿eso podía estar dulce????
    Helena Destroyer, definitivamente daba miedo. ¡qué guay que esteis ya a salvo!

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  5. Era un costillar de no sé que animalito... ternera? y tenía salsa barbacoa por encima, que es dulce mmmm rico

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