lunes, 8 de agosto de 2011

Curiosidades V: Así lavaba así así

Este post ha sido posible gracias a que:
1. Nos gusta lo típico. ¿Qué le vamos a hacer? 
2. Disfrutamos con los pequeños detalles y quehaceres de la vida cotidiana.
3. Abuelas del mundo, ¡somos unas chicas limpias!
4. Conseguimos suficientes monedas de 25 céntimos de dólar.
5. Tenía batería en la cámara de fotos.


Así es la vida, de vez en cuando hay que lavar la ropa. Una excusa más para experimentar una de las cosas más típicas de EEUU: las lavanderías comunales.

En el basement del building teníamos nuestra laundry. Un lugar frío de espíritu pero abrasor de temperatura, repleto de maquinas enormes y un poco old-style. Con unas cuantas, y no pocas, monedas de 25 podías poner tu lavadora y volver al cabo del rato (rato indefinido debido a la antigüedad de las maquinas) para pasar tu colada a la secadora. 

En total pusimos unas tres lavadoras en nuestras tres semanas. Y tardamos exactamente tres lavadoras en pillarle el truco al tema.
A pesar de que Jels lo intentó, no hay manera de que las lavadoras admitan personas. En EEUU tampoco.
 
Meter la ropa dentro de la lavadora es algo bastante importante
Tampoco en las secadores se pueden meter a personas, incluso si son personas medianas.


Imprescindible imprescindible llevar las monedas de 25 de casa. La máquina de cambio nunca, repito, NUNCA tiene cambio. Ir al bar cubano de la esquina es una opción. Pero andar en estos tiempos es hacer demasiado esfuerzo, o como dirian los jóvenes, no mola. Las máquinas de cocacola son más listas de lo que parecen, no te hagas la listilla con ellas.

Está bien mirar como da vueltas la ropa. Pero debido al calor que hace allí abajo, la espera es un coñazo.
En la lavandería me pasó una cosa muy tonta, yo no la quiero contar, pero Jels opina que es necesario. En fin. Hay que llevar 8 monedas de 25 centimos de dólar para cada lavadora, más otra moneda adicional por cada 6 largos minutos de secadora. Eso hace un total de 12 moneditas por colada completa, más o menos. Es decir, 4 dolarcillos. Entendereis ahora por qué son tan importantes la dichosas monedas de quarter. Al menos hay que decir en su defensa que son grandes y bonitas.

Uno de los días llevábamos las monedas contadas, y yo olvidé unas cuantas arriba en la habitación. Como daba mucha pereza subir, pensé que lo mejor era intentar engañar a la máquina de cocacola (sí, en el sótano del edificio había una) y meter un dólar (billete) confiando en que si le daba al botón de cancelar me devolvería monedas. ¡Un truco infalible! Infalible siempre y cuando la luz de "no hay cambio" no esté encendida.¡Maldición, ví la luz tarde! y ya había echado un dólar. Claro, no podía echar otro para pillar una cocacola porque la lata costaba 1.5$, como el cacharro no daba cambio, iba a perder medio dolar. Así que no me quedó más remedio que subir a buscar el cambio, más un dolar adicional para cambiarlo en el cubano, echárle dos moneditas preciadas de 25 a la máquina de cocacola y no perder así el dólar cagado. 

En fín, cuando llegué por fin al sótano, con todas las dichosas moneditas, y fui a meter lo que faltaba en la máquina... ains, el dólar había desaparecido. Yo no sabía que los dólares tenían fecha de caducidad en las máquinas de cocacola. Aquel día aciago, perdí un dólar y mi dignidad.

2 comentarios:

  1. Qué nos gusta hacer el mongolo vayamos donde vayamos! Me meé de la risa cuando me dice Cris: "vigila la máquina de cocacola, que lleva un dolar mio" y cuando baja le mete otro dolar y se lo traga otra vez XD

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