viernes, 5 de agosto de 2011

20110805 Dos tardes en el MoMA

MoMA: Museum of Modern Art
Es decir: museo de cosas que no se comprenden.


El MoMA es gratis los viernes por la tarde, de 4 a 8. Empanadas estamos, pero no tanto como para pagar en un museo pudiendo entrar gratis. Así que junto con miles de turistas tacañones, el viernes 27 de julio nos fuimos a hacer cola bajo el sol abrasador de nuestra amada Nueva York. El museo es enorme, y cuatro horas no fueron suficientes. Así que tuvimos que volver el siguiente viernes, 5 de agosto. 

El primer día que fuímos conocimos a Jacob en la cola de entrada. Otro turista sagaz que se quería ahorrar unos dolarcillos como nosotras, y que se hizo muy buen amigo de Jels. Yo por desgracia no entendía bien su acento británico, así que no me enteraba bien de lo que decía. Ver Jungla de Cristal en versión original ha hecho que comprenda estupéndamente a un blanco corriendo y a un negro nervioso porque el blanco es un descerebrado, pero a los ingleses....

Jels y Jacob delante de una muestra de arte moderno hecho con cartones.

Una sala llena de fotos gigantes de cosas no muy agradables. Señoras viejunas enseñandolo todo en mitad de un lugar helado, señores que se bajan los pantalones para que otros vean to el pastel... En fin, que sigo sin pillar de que vá el arte moderno.

Código secreto utilizando las fases de la luna para representar a cada una de las letras del alfabeto. Muy bonito, pero nunca llegamos a descifrar el mensaje completo. Nos aburrimos. No somos nada cotillas.

La máquina de la menstruación. Para todos aquellos que han pensado en un japonés travesti como diseñador, que sepan que han acertado de lleno. La máquina esta, cuando se la pone un hombre, simula los dolores y el sangrado de la menstruación. Hay gente para todo. Efectivamente, todavía no he comprendido el arte moderno.

En estos tiempos que corren en los que la gente pierde la fé y la tecnología nos acerca a los demás, uno siente que se aleja de sí mismo. Para resolver este problema, el gorro para hablar con uno mismo. Un turulo lleva tus palabras directamente a tus oídos.
Hooombre nuestra amiga Frida

Mis tíos tienen este cuadro, y el de ellos es mucho más grande. Vaya "pequeña" decepción me llevé.

Una de las propuestas arquitectónicas locas que se hicieron para el Word Trade Center, donde estaban las torres gemelas. Pos supuesto este tipo de cosas tienen su huequito dentro del alatorio mundo del arte moderno.

Oh! Van Gohg...

La maqueta del Seagram, al que vimos en persona justo unos días antes.

¡Allí estoy yo! Pero qué shicah.
Y claro que sí, aquello estaba hasta la bola. Fue increíble, no pudimos ver casi nada con tranquilidad. Tan sólo cuando la hora de cerrar se fue aproximando pudimos movernos con normalidad por allí. La gente se peleaba por ver los más famosos "esos" del museo. Van Gogh es comprensible que fuera uno de ellos, claro. No os perdáis a la multitud en este vídeo:

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