domingo, 7 de agosto de 2011

Curiosidades IV: Las consecuencias de la dieta americana

Big Fat Daddy - Irene Reid by High Note Compilations on Grooveshark



Jels y yo tenemos almas de gorditas aunque físicamente no lo seamos. Nos encanta comer, si la comida es buena, mejor, pero si es comida basura, con grasas, glutamato, colorantes y conservantes, tampoco hacemos ascos. Ya vísteis el homenaje que nos dímos aquel domingo de dieta americana


En esta ciudad es inevitable no comer, las calles huelen a comida las 24 horas del día. Hay puestos de perritos en cada esquina. Y claro, imaginad, si uno tiene un poco de hambre, por 2$ más o menos puedes comerte un hot dog. Con las prisas y el bullicio, te quitas un poco el hambre antes de llegar a donde tengas que llegar. Vamos, lo que conocemos como picar entre horas. Un día detrás de otro no es bueno para las arterias, y necesitar una talla XXL se convierte en algo normal. 

Si hasta el ayuntamiento avisa, porque no es traidor. Os pongo de nuevo la foto con el cartel con el que pretenden crear conciencia social. Já me río yo de los métodos newyorkinos. ¿Realmente creen que sirve para algo? Incluso a la altura a la que lo ponen, ¿quién creen ellos que se va a fijar en una telucha colgando a 5 metros? Si los puestos de perritos calientes están, como máximo, a 2 metros....


Sin ningún ánimo de ofender, con este post sólo queremos mostraros como es cierto que en este país hay un elevado número de obesos, más que en Europa, al menos. Tanto que a nosotras incluso nos llamaban la atención las dimensiones de los panderos.









Podéis ver cómo se trata de hombres y mujeres, blancos y negros por igual. También vimos una a una china y a un rabino que habría estado bien para que veáis que da igual cómo seas o qué seas. El rabino, por ejemplo, iba bebiendo un refresco de estos con gas de a saber qué sabor y de color rosa chicle, al que le echaba de vez en cuando un sobrecito de azúcar. Yo conté tres. Fotografiar algunas cosas era ya demasiado descarado.

Aunque muchas menos, también había las ultradelgadas. Una vez vimos una señora en el metro que ya estaba perdiendo el pelo incluso. Digo señora, pero seguramente sería más jóven que nosotras (que ya es decir). Todo un descontrol.

4 comentarios:

  1. Pues sí, toda la razón te doy. Y el souvenir que me he traido en forma de lorzas lo llevo sudando 4 días seguidos en el gimnasio. Ahora estoy pensando que el costillar ese no merecía tanto la pena.

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  2. a vé si organizais un viajecito ya q está esto abandonadouu

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  3. De la oktoberfest de este fin de semana estoy segura de que saldra algun post nuevo ;-)

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  4. Lo que también es curioso es que luego la cirujía estética esté tan a la orden del día en ese país. ¿Culto al cuerpo?

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