sábado, 18 de junio de 2011

20110618 Berlín en verano

El siguiente fin de semana, para gran alegría y alborozo míos, vino a visitarme Cris V. Ella llegó en avión, porque es una chica con clase. Y esa noche salimos a dar una vueltecita con Rocío y Héctor.


Después de guiar al grupo hacia sitios oscuros y peligrosos donde la gente vende droga y de mucha desconfianza por parte de ellos (con razón) llegamos al sudanés que a mí me gusta, donde te ponen los kebab de falafel con salsa de cacahuete por 2,50 €. Están muy ricos aunque cierta gente diga que luego les entra cagalera.



Cristina me pidió que la llevara a una tasca cutre de Berlín, que estaba ya harta de los sitios pijis de München, así que fuimos a Schlesisches Tor al Madame Claude’s, que estaba cerrado. Al final acabamos en un sitio que sí que era bastante cutre donde nos pusieron una cerveza Bio que estaba intragable.



Al final fuimos a otro bar y nos acabaron echando porque cerraban y ya era de día. Eso no es un gran logro, porque aquí en verano amanece a las 4 am.

Y qué mejor manera de empezar un sábado que con un brunch de buffet libre en Friedrichshain.



Aunque llovía un montón estuvimos fuera debajo de unos tolditos y como siempre nos pusimos hasta arriba de comer. Luego, una vueltecita por Cassiopeia, unas antiguas cocheras que han sido okupadas.
Por la tarde decidimos ir a Postdam, que Cris nunca había estado y nos llevamos a nuestra GOP (Guía Oficial de Postdam), es decir, Rocío, que se sabe ya aquello mejor que la palma de su mano y que es una auténtica fan de este pueblecillo histórico.
Estas cabronas se dedicaron a putearme mientras dormía, porque estaba muy cansadita:

Grandes momentos en Postdam:
Momento rana bebé

Momento regresión a la infancia

Típica foto de salto (salió en el intento n-cientos)

Momento posado-robado

Atrapadas en un templete por lluvias torrenciales

Momento camisetas mojadas

En el templo “chino” hortera

Y el domingo subimos al Siegesäule, a ver las vistas de Berlín. Yo nunca había ido y la verdad es que tampoco es ninguna maravilla. Luego nos fuimos al Tiergarten y como ya estamos completamente integradas en la cultura alemana, nos fuimos bebiendo unas birras por el camino. Cada una con la birra de su tierra:

Yo, una chica Berliner Kindle

Ella es más de Agustiner

El tiempo es un porculero, y por supuesto nos tuvo que llover, cómo no.
Nos refugiamos bajo un árbol, todo el mundo 
sabe que es lo mejor durante una tormenta.

Las empanadas tuvieron su recompensa al salir del Tiergarten en forma de delicioso sushi, que nos comimos cerca de Nollendorfplatz, en el barrio gay.

Y para redondear el día ¡concierto de Bright Eyes! Menos mal que estoy muy escarmentada y se me ocurrió comprobar si era donde decía el ticket, porque al final era en otro sitio. Pa variar nos llovió antes y después del concierto, que por cierto fue muy largo y estuvo muy bien.

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