20121222 - 20121226 Una blanca Navidad

Sirvarada y yo nos quedamos este año en la fría Alemania. No hemos aprendido nada del Almendro y tras décadas de adoctrinamiento navideño, nos enfrentamos a los convenios sociales y no volvemos a casa por Navidad.

No es una alegría no estar con nuestras familias y amigos, ¡pero no por eso vamos a derrumbarnos y a caer en el abismo! Somos unas auténticas Empanadas que saben cómo montárselo bien.



Antes de nada, gracias a todas las madres y padres que se acuerdan de sus hijos y les mandan toneladas de turrones, alfajores, mantecados, polvorones, cafés, jamón, sobrasadas, vinos, picos, regañás, quesos y calzoncillos calentitos entre otras muchas cosas que nos alegran los corazones y calman nuestros estómagos.

Como München ya está muy vista, nos fuimos a los Alpes a darnos un paseo. Mr. D., Sirvarada y yo nos montamos en un tren cargados de juegos y comida y nos pusimos rumbo a Königsee. Habíamos alquilado una ferien-wohnung, o casa rural de toda la vida, para pasar unos días alejados de la gran ciudad.

UyUyUy Sirvarada se pone nerviosa sólo de pensar en lo bien que lo vamos a pasar. Ejem, Mr. D. creo que también. 

Aquí tenéis un resumen de  nuestras principales actividades. Las he dividido por categorías.

1. JUEGOS POR CASTIGO

Sirvarada suplicaba por ganar a algo. En este caso, al Mundodisco. Fue la perdedora de las vacaciones , ¡y a mucha horna!

Chicos, ¿qué sería de unas vacaciones sin juegos de ordenador? Compartimos momentos geniales mirando como la otra jugaba al Caesar IV. Aquí las perdedoras éramos las dos, para qué vamos a engañarnos.

Mr. D. es un #boardgamemaker con mucho estilo. Le dedicamos un rato a depurar su ópera prima. 

¡Formula D! Precaución, amigo conductor, la senda es peligrosa.

Descubrimiento: FIASCO. Nos quedó una bonita historia en la que Sirvarada era mi acosador, yo me dedicaba al tráfico de inmigrantes en mi pequeño café familiar, y Mr. D. sembraba la muerte gatuna allá donde iba. 

2. A LA MESA NIÑOS!!! Hemos hecho fotos de lo comemos, que luego se nos olvida y os dejamos todo el día en ascuas.

Las croquetas de Sirvarada eran pura drogaína. Mr. D. estaba un poco confuso y al principio no sabía cómo administrársela. Yo lo tenia bastante más claro. 

Crema de champiñones, carne mechada, tapas, canapés y vinito. ¡A vuestra salud! Pichín pichín.

Unas tapitas al más puro estilo bávaro. 

Desayuno de bizcocho y cerveza a 1800 metros. 

Las croquetas no venían solas. Un excelente cocido y una pringá mucho más excelente nos hizo chuparnos los dedos.

Pinchitos para todos, mejor que zozobre que no que zofalte fue la máxima de Mr. D.

3. PAISAJES: EL LAGO, LA MONTAÑA Y EL RÍO

Esta era nuestra casita de las montañas.

La misteriosa y sorprendente estación climática. 

El río que baja bravo, y el bávaro que sube bravo.

Königsee

Una parada obligatoria en Königsee y su tipiquísimo arbol de navidad.

Nos encanta la nieve

Ya os lo he dicho, nos encanta la nieve.

El paseo en barco por el lago fue una delicia. Incluso contamos con un intérprete alemán-chino. Las explicaciones del guía nos quedaron claritas claritas.

El pueblo.

Nos montamos en telesilla y subimos a algún punto indefinido perteneciente a "to lo alto". 

En "to lo alto", el sol brilla más que en "to lo bajo".

Los paisajes eran realmente increíbles.

¡Pero qué bien nos sienta la nieve y el sol!

Y la cerveza de estratosfera.

A la vuelta, hasta nos dio tiempo de tomar un ratito el sol. ¡Nos quitamos lo abrigos!

Y por eso estábamos tan contentas.

 4. DESPEDIDA Y CIERRE

Mr. D. tiene la mirada perdida pensando en el próximo viaje,  ¿a que sí?