Sirvarada y yo nos quedamos este año en la fría Alemania. No hemos aprendido nada del Almendro y tras décadas de adoctrinamiento navideño, nos enfrentamos a los convenios sociales y no volvemos a casa por Navidad.
No es una alegría no estar con nuestras familias y amigos, ¡pero no por eso vamos a derrumbarnos y a caer en el abismo! Somos unas auténticas Empanadas que saben cómo montárselo bien.